Hoy, viendo el calendario, me acabo de dar cuenta de que hace tres años que compré mi primera cámara de fotos. Son muchas las cosas que me han pasado este año relacionadas con la fotografía.
Empezaré contando que la cámara que me compré decidió que era hora de jubilarse y lo hizo fallando precisamente un día que le hacía fotos al por aquel entonces alcalde de Cullera. Tuve que comprarme otra.
Yo el año pasado me propuse como objetivo cobrar de la fotografía y conseguí mi primer pago justo el último día del año, en el que me pagaron en una inauguración. No me puedo quejar de cómo ha continuado el año. Ser fotógrafo y poder vivir unas elecciones desde dentro de un partido político me ha hecho ver de manera diferente la política.
También he podido compaginar este amor con el otro que tengo: la navegación. Hace poco que estuve cubriendo la regata a Formentera.
Además, durante un tiempo compaginé la fotografía y la grabación de noticias para un medio local.

Y aquí sigo, en la playa tomando algo mientras escribo ésto, acompañado por la cámara. Porque de momento no pienso parar de mostrarle al mundo lo que veo a través de ella.
Porque me permite conocer gente maravillosa, porque me permite mostrar a la gente aquello que quiero, porque me encanta vivir las noticias y poder contarlas en vez de que me las cuenten. Y, al fin y al cabo, porque me encanta lo que hago.
Acabaré con una frase que hace poco escuché en el programa de Risto Mejide y que desconozco su autor:
«Riqueza es que te paguen por aquello que pagarías por hacer.»